No pasó nada con el debate de la marihuana
Por Angie Granada Castro
Manifestación pro legalización de la marihuana en Colombia./ Efe |
El tema de la legalización de la marihuana llegó hasta las urnas en California, hecho que de por si, ya es un avance para los que estamos a favor de la propuesta 19, que permitiría a los mayores de 21 años poseer una onza de marihuana y cultivar una superficie máxima de 2,34 metros cuadrados de cannabis.
Como es evidente, los conservadores triunfaron en las urnas, no fueron suficientes los argumentos de los defensores de la regularización, quienes argumentaban que sería una alternativa para luchar contra el tráfico de drogas, para recaudar impuestos y así solventar el déficit fiscal de California.
A esta prueba que se realizó en las urnas debe sumarse el tema de la lucha antidrogas, los países productores como Colombia, se escandalizaron con la idea de regularizarla, a tal punto que el presidente Juan Manuel Santos manifestó que "Nadie entiende que un país pueda, al mismo tiempo, legalizar internamente la producción, el tráfico y el consumo, y estar criminalizando".
La prohibición de las drogas apela a la protección de los ciudadanos, quienes en muchos casos, desearían que su país les otorgue libertades similares como las que se dan al consumo de alcohol y otras prácticas como las corridas de toros, estas últimas, si deberían prohibirse por el componente violento que emiten; sin embargo, en Colombia, prima la ética y la religión, dos aspectos que pretenden atravesar toda discusión y que sin duda alguna, nublan los argumentos del debate.
Con la negativa de legalización en el estado de California, Estados Unidos salió del impase y ratificó su disposición para dejar que estos asuntos se decidan por la vía democrática, además, retomó su autoridad frente a la lucha contra el tráfico de drogas. Todo quedó como al principio, Estados Unidos produce, consume y otorga una mínima cantidad de dinero para la lucha antidroga, suma que se deriva de la producción. Continúa el cultivo en países como Colombia, en los que independientemente de si es legal o no, se consigue fácilmente y se consume en cualquier esquina.